DJ, propietario de sellos discográficos y faro musical en todas partes, Gilles Peterson es a menudo llamado un “creador de tendencias”, y aunque esta descripción es ciertamente válida sólo insinúa una parte de la profundidad de la conexión con la música de este londinense nacido en Francia. Cuando era apenas un joven adolescente, puso en marcha su propia emisora de radio pirada mientras que a finales de la década de los ochenta fundó un par de sellos discográficos enormemente influyentes; en la actualidad está al timón de un tercer sello y dos festivales de música, a la vez que sus funciones de presentador en BBC Radio 6 y su propia emisora de FM Worlwide son las más recientes en tres décadas y media como DJ de éxito. Gilles es un tesoro de cazador, ansioso por compartir sus tesoros musicales empapados de jazz y funk con cualquiera que tenga una mente abierta. Pocas personas han hecho tanto para conformar nuestros gustos musicales.

Peterson entró en la música en la era dorada de mediados y finales de la década de los setenta, cuando la música disco y el punk lo estaban agitando todo y sonidos conmovedores como “What You Won’t Do for Love” de Bobby Caldwell o “I Am” de los Earth, Wind & Fire llegaron a sus oídos. Empezó a explorar los mundos del jazz, el soul y el funk, dejándose caer en los pequeños clubs de Londres –en realidad, la mayoría eran pubs o cuartos traseros de bares- donde esos sonidos estaban siendo interpretados.

“Estos clubs eran magníficos”, apunta. “Y el público allí presente también era diverso, una mezcla de todas las culturas. Esta fue la gran novedad sobre esa música: era la cosa más multirracial que jamás había existido. Y para mí, como chico que vivía en los suburbios, todo era muy excitante. Teníamos 14 ó 15 años, íbamos a esos lugares y permanecíamos de pie en la esquina, escuchando a DJ’s poniendo esos discos importados de Estados Unidos y aprendíamos de ellos.”

Su compulsión por compartir música le llevó a retransmitir ilegalmente como DJ pirata. “Quería apoyar música que no oirías en ningún otro lugar. Durante esos años, el panorama musical británico era muy rock & roll. Por lo tanto, si estabas metido en el soul o en el jazz-funk ya eras un outsider porque no estabas en el mainstream. Sentías que formabas parte de una sociedad secreta.”

Pocos en el negocio de la música pueden afirmar que han codificado un nuevo género, pero Peterson logró justo esto cuando él y su colega DJ Chris Bangs acuñaron el término “acid jazz” –un juego de palabras jocoso con “acid house”- como manera de liberarse del más tradicional circuito del jazz. “Para nosotros, el acid jazz era una caja donde meter todas nuestras locas y eclécticas ideas sobre lo que el jazz podría ser”, explica. Como sello discográfico, Acid Jazz encabezó este enfoque conducido por DJ’s, y con el sello que le siguió, Talkin’ Loud, grabó, entre otros muchos nombres significativos, a Galliano, Incognito, Young Disciples y Roni Size & Reprazent.

Su tercera y actual impronta es Brownswood, y está claro que este sello discográfico es una fuerza motriz. “Hay una parte de mí que tiene mucho que ver con fichar y desarrollar artistas”, explica. “Y como persona de la radio siento la responsabilidad de que al menos el 70% de la música que pongo debería ser nueva porque esos artistas necesitan esto.” Tanto como propietario de un sello discográfico o como DJ, este entusiasmo viene del hecho de ver cómo artistas que él descubrió triunfan y hacen las cosas bien. “Parte de mi disfrute es ver cómo triunfan a nivel global grupos que me gustaron desde el primer momento. Es un poco como apostar dinero por un caballo.”